Editorial: Cesar
ver primera parte: http://www.lawagnermania.com/2008/08/el-luchador-deportista-e-interprete.html
ver segunda parte: http://www.lawagnermania.com/2008/08/el-luchador-deportista-e-interprete-2da.html
Quienes son deportistas deberían de comprender lo difícil que debe ser adentrarse a una competencia deportiva después de dedicarte durante 5, 15, 25 o 30 años a una actividad demandante físicamente –la lucha libre- pero con pocos estímulos a la competitividad. A los propios luchadores les cuesta trabajo regresar a la lucha libre, ahí esta el caso de Chris Jericho, quien pese a su calidad, pese a haber triunfado en las tres principales capitales de lucha libre del mundo, y en las principales empresas de cada país, después de cerca de cuatro años de retiro no ha podido tomar ritmo en la lucha libre, nuestra disciplina será determinada y todo lo que quieran, pero no son enchiladas, no cualquiera pueda tener éxito –incluso no cualquiera puede ser un fenómeno mediático y ejemplos sobran de ello-, si no estás al día estas fuera de juego.
Si para un luchador es difícil regresar a la lucha libre –determinada y con pocos estímulos a la competencia- ¿Cómo creen que es la transición de un luchador hacia una actividad competitiva de alto rendimiento? En este momento no existe un solo luchador que pueda tener una transición exitosa a un deporte de alto rendimiento, cualquier luchador, de cualquier país, de cualquier empresa, que no deje de ver como prioridad a la lucha libre –espectáculo deportivo determinado-, no tendrá oportunidad de destacarse en la alta competencia, si desea destacarse tendrá que dedicarse al 100% a su nueva actividad, luego entonces dejara de ser un luchador para volverse un peleador.
Un peleador pelea poco y entrena mucho, un luchador lucha mucho y entrena poco. –técnica- En el caso de los peleadores, al igual que en otras competencias deportivas, en no pocas ocasiones los entrenamientos son más duros que las propias competencias, mientras tanto, en la lucha libre por lo regular el trabajo en el gimnasio de los luchadores “top” se centra en mantenerse en forma para resistir su dura actividad física –lo primordial-, mientras que en las funciones por lo regular se va a repetir una rutina estándar y solo en ocasiones especiales se realizará un espectáculo de mayor calidad –en verdad son pocos los luchadores top que entrenan nuevas rutinas de lucha libre, y son menos los que siguen practicando las bases de la lucha libre, aunque ojo, eso no garantiza que tengan un buen nivel, pues puede haber deficiencias en sus técnicas de entrenamiento, contar con proferores poco calificados, contar con compañeros de trabajo que no permitan la alta competencia, o ¿porque no? puede que carezcan de talento y simplemente sean el rey tuerto en la tierra de los ciegos-.
Un peleador elite con dos o tres peleas al año va a ganar más que cualquier luchador del mundo que tenga más de 150 luchas en el mismo periodo de tiempo, y aquí no hay excepciones, incluso va a ser así en relación a la WWE, en donde solo unas cuantas estrellas van a tener acceso a sueldos millonarios, mientras que otros, como recién destapo Andrew “Test” Martin, en la nomina tendrán muy buenos sueldos, pero en la práctica tendrán que destinar un alto porcentaje del mismo para el pago de hoteles, aviones, alimentos y demás insumos –la compañía no cubre esos gastos-. Por cierto, un luchador elite llega a tener más de 100 luchas al año, un número infinitamente superior a las peleas que un combatiente de otras disciplinas tendrá en toda su vida activa, por supuesto que existe el factor exigencia, que tanto te exiges en esas 100 luchas, y que tanto lo haces en dos o 5 peleas, es cuestión de calidad, por supuesto, pero también son exigencias muy diferentes, no mejores ni peores, simplemente diferentes. La discrepancia en el número de funciones anuales que tienen peleadores y luchadores, y la exigencia de las mismas, debería de servir como parámetro –uno más- para darse cuenta que son actividades con exigencias muy diferentes.
¿Qué va a pasar el día en que un luchador tenga una carrera exitosa, por ejemplo, en las MMA? ¿Va a “reivindicar” a toda una industria como esperan algunos?, ¿el esfuerzo de un solo hombre, en una disciplina distinta a la lucha libre, va a producir la “reivindicación” de esta última? He escrito reivindicar entre comillas durante todo el texto porque se me hace irrisorio que una industria con cerca de un siglo tenga que reivindicarse ante ojos de quienes nunca la han respetado, y todavía más, se me hace irrisorio que un solo hombre, fuera de la lucha, pueda reivindicar a toda una industria –la lucha libre no tiene nada que probar a nadie, y quien espere eso, que se quede esperando sentando-.
Volviendo al punto, si dicho luchador gana, ¿van a ser sus logros los de un luchador o los de un peleador de AMM? Su ranking se incrementa en las AMM ¿también en la lucha libre? Las victorias y derrotas de un luchador en la lucha libre cuentan para su record en las AMM? ¿No verdad? ¿porque? Por algo tan obvio como porque son diferentes disciplinas regidas por distintos organismos y reglamentos, lo que se haga en la una no repercute en la otra. Existe el antecedente de Sakuraba, quien con todo el respeto que me merece, tiene a varias decenas de luchadores que merecen ser recordados antes que el –en la lucha libre-, como peleador será muy respetable, pero como luchador es perfectamente olvidable, Sakuraba no pudo revertir la decadencia en las audiencias de la lucha japonesa, alimentó el crecimiento de las MMA, pero no detuvo la crisis de audiencia de su disciplina original, y en base a eso hago una pregunta similar a la anterior ¿Sakuraba, luchador, pertenece al mundo de las AMM o pertenece a la lucha libre profesional? ¿en que le ayudo a la lucha libre los éxitos de Sakuraba? ¿Por qué seguir esperando que los resultados individuales de un hombre modifiquen la percepción existente de algunos detractores hacia una industria más que consolidada y con público cautivo?
Este tipo de preguntas no son nuevas, llevan años formulándose, porque llevan años existiendo cuestionamientos hacia la lucha libre, pero al final de cuentas a quienes hay que responderle son a los millones de aficionados a la lucha libre, no a los detractores, quienes por lo general ya vienen con prejuicios. Las personas que se dedican a las competencias merecen todo el respeto del mundo, desafortunadamente, varios de ellos y de sus aficionados nunca respetaran a la lucha libre, ni hace falta, pero es curioso que la gente del medio no los descalifique a ellos, por lo general la agresión siempre viene de allá hacia acá, los pobres resultados mediáticos que los peleadores de las MMA han tenido en la lucha libre, en manos de personas como dichos detractores, les servirían para descalificar a toda una industria, pero no es el caso, en la lucha libre se trata con respeto a otras disciplinas, aunque algunos exponentes de estas –practicantes y aficionados- no hagan lo propio con la lucha libre.
Del mismo modo que las AMM y otras disciplinas no van a adecuar sus contenidos para congraciarse con aquellos que dicen que son una salvajada, a la lucha libre no le interesa congraciarse con quienes esperan que sus elementos tengan buenos resultados en otras disciplinas, se trabaja para los aficionados, no para los detractores.
Si para un luchador es difícil regresar a la lucha libre –determinada y con pocos estímulos a la competencia- ¿Cómo creen que es la transición de un luchador hacia una actividad competitiva de alto rendimiento? En este momento no existe un solo luchador que pueda tener una transición exitosa a un deporte de alto rendimiento, cualquier luchador, de cualquier país, de cualquier empresa, que no deje de ver como prioridad a la lucha libre –espectáculo deportivo determinado-, no tendrá oportunidad de destacarse en la alta competencia, si desea destacarse tendrá que dedicarse al 100% a su nueva actividad, luego entonces dejara de ser un luchador para volverse un peleador.
Un peleador pelea poco y entrena mucho, un luchador lucha mucho y entrena poco. –técnica- En el caso de los peleadores, al igual que en otras competencias deportivas, en no pocas ocasiones los entrenamientos son más duros que las propias competencias, mientras tanto, en la lucha libre por lo regular el trabajo en el gimnasio de los luchadores “top” se centra en mantenerse en forma para resistir su dura actividad física –lo primordial-, mientras que en las funciones por lo regular se va a repetir una rutina estándar y solo en ocasiones especiales se realizará un espectáculo de mayor calidad –en verdad son pocos los luchadores top que entrenan nuevas rutinas de lucha libre, y son menos los que siguen practicando las bases de la lucha libre, aunque ojo, eso no garantiza que tengan un buen nivel, pues puede haber deficiencias en sus técnicas de entrenamiento, contar con proferores poco calificados, contar con compañeros de trabajo que no permitan la alta competencia, o ¿porque no? puede que carezcan de talento y simplemente sean el rey tuerto en la tierra de los ciegos-.
Un peleador elite con dos o tres peleas al año va a ganar más que cualquier luchador del mundo que tenga más de 150 luchas en el mismo periodo de tiempo, y aquí no hay excepciones, incluso va a ser así en relación a la WWE, en donde solo unas cuantas estrellas van a tener acceso a sueldos millonarios, mientras que otros, como recién destapo Andrew “Test” Martin, en la nomina tendrán muy buenos sueldos, pero en la práctica tendrán que destinar un alto porcentaje del mismo para el pago de hoteles, aviones, alimentos y demás insumos –la compañía no cubre esos gastos-. Por cierto, un luchador elite llega a tener más de 100 luchas al año, un número infinitamente superior a las peleas que un combatiente de otras disciplinas tendrá en toda su vida activa, por supuesto que existe el factor exigencia, que tanto te exiges en esas 100 luchas, y que tanto lo haces en dos o 5 peleas, es cuestión de calidad, por supuesto, pero también son exigencias muy diferentes, no mejores ni peores, simplemente diferentes. La discrepancia en el número de funciones anuales que tienen peleadores y luchadores, y la exigencia de las mismas, debería de servir como parámetro –uno más- para darse cuenta que son actividades con exigencias muy diferentes.
¿Qué va a pasar el día en que un luchador tenga una carrera exitosa, por ejemplo, en las MMA? ¿Va a “reivindicar” a toda una industria como esperan algunos?, ¿el esfuerzo de un solo hombre, en una disciplina distinta a la lucha libre, va a producir la “reivindicación” de esta última? He escrito reivindicar entre comillas durante todo el texto porque se me hace irrisorio que una industria con cerca de un siglo tenga que reivindicarse ante ojos de quienes nunca la han respetado, y todavía más, se me hace irrisorio que un solo hombre, fuera de la lucha, pueda reivindicar a toda una industria –la lucha libre no tiene nada que probar a nadie, y quien espere eso, que se quede esperando sentando-.
Volviendo al punto, si dicho luchador gana, ¿van a ser sus logros los de un luchador o los de un peleador de AMM? Su ranking se incrementa en las AMM ¿también en la lucha libre? Las victorias y derrotas de un luchador en la lucha libre cuentan para su record en las AMM? ¿No verdad? ¿porque? Por algo tan obvio como porque son diferentes disciplinas regidas por distintos organismos y reglamentos, lo que se haga en la una no repercute en la otra. Existe el antecedente de Sakuraba, quien con todo el respeto que me merece, tiene a varias decenas de luchadores que merecen ser recordados antes que el –en la lucha libre-, como peleador será muy respetable, pero como luchador es perfectamente olvidable, Sakuraba no pudo revertir la decadencia en las audiencias de la lucha japonesa, alimentó el crecimiento de las MMA, pero no detuvo la crisis de audiencia de su disciplina original, y en base a eso hago una pregunta similar a la anterior ¿Sakuraba, luchador, pertenece al mundo de las AMM o pertenece a la lucha libre profesional? ¿en que le ayudo a la lucha libre los éxitos de Sakuraba? ¿Por qué seguir esperando que los resultados individuales de un hombre modifiquen la percepción existente de algunos detractores hacia una industria más que consolidada y con público cautivo?
Este tipo de preguntas no son nuevas, llevan años formulándose, porque llevan años existiendo cuestionamientos hacia la lucha libre, pero al final de cuentas a quienes hay que responderle son a los millones de aficionados a la lucha libre, no a los detractores, quienes por lo general ya vienen con prejuicios. Las personas que se dedican a las competencias merecen todo el respeto del mundo, desafortunadamente, varios de ellos y de sus aficionados nunca respetaran a la lucha libre, ni hace falta, pero es curioso que la gente del medio no los descalifique a ellos, por lo general la agresión siempre viene de allá hacia acá, los pobres resultados mediáticos que los peleadores de las MMA han tenido en la lucha libre, en manos de personas como dichos detractores, les servirían para descalificar a toda una industria, pero no es el caso, en la lucha libre se trata con respeto a otras disciplinas, aunque algunos exponentes de estas –practicantes y aficionados- no hagan lo propio con la lucha libre.
Del mismo modo que las AMM y otras disciplinas no van a adecuar sus contenidos para congraciarse con aquellos que dicen que son una salvajada, a la lucha libre no le interesa congraciarse con quienes esperan que sus elementos tengan buenos resultados en otras disciplinas, se trabaja para los aficionados, no para los detractores.
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