
Pocos saben que debajo del ring y detrás de esa cotizada máscara se alberga un hombre completamente distinto al ídolo rudo que no mide rivales, ni castigos sobre el ensigado. Aunque parezca increíble, la enorme dualidad de Doctor Wagner Jr. solamente se puede descifrar tratándolo, conociendo.
Una vez que esto se ha conseguido, podemos dar fe de que tiene una personalidad tan constante y cautivadora como la de su personaje sobre el cuadrilátero... por ahí en el especial de una revista dedicada a la lucha libre, digamos una revista GUERRERA, nos encontramos con un pensamiento de Dr. Wagner Sr. hacia su hijo, Dr. Wagner Jr.
Me parece un pensamiento "chido", escrito por Simón Blanco, hacia el heredero de la disnatía Wagner, un antes, un después y un aquí seguimos cuidándote en cada paso que das.
HIJO MÍO.
Sentí un inmenso amor por tí... aun sin conocerte. No tenías rostro, no había un nombre aún para llamarte. Ni siquiera sabía el tiempo de tu llegada. Sin embargo, te amé con toda el alma, desde que supe de tu existencia.
Luego, al paso del tiempo... en tus ojos aprendí a ver la belleza de cada día. En tus palabras, a buscar la sabiduría. En tus juegos, a compartir tus sonrisas. Y en tus pasos, a buscar mis propios pasos.
Fuiste creciendo como una torre. Eras el guardián de mi reina y mi princesa. Cobijaste mis esperanzas en tus manos. Y sabía que en mis ausencias, me podía apoyar en tí.
Callado, siempre callado... me mirabas desde lejos. Escuchabas mis palabras y consejos. Y aún cuando no siempre fueron de tu agrado, sé que hoy las llevas en tu pecho, como el legado más sagrado que posees.
En mis momentos de tristeza más profunda. Cuando sentí que la vida, para mí había acabado, estuviste siempre cerca de mis manos. Y en ellas me apoyé, como tú en mí... cuando tus primeros pasos.
Llegó el momento de la amarga despedida. Tus lágrimas corriendo, ya no las vieron mis ojos. Había llegado ese adios, esa partidaque tanto tiempo, en silencio... Habíamos tenido todos.
No me he ido... porque vivo en tu carne. Pues me sientes en la sangre de tus venas. Yo te aplaudo en tus instantes de victoria. Y te acompaño en los momentos de tus penas.
Ahora yo te digo desde el cielo. Que por siempre te bendigo con orgullo. Que fuiste la alegría de mi vida. ¡Hijo mío, mi corazón por siempre será tuyo!
TU PADRE.
Espero les guste este mensaje de tolerancia : luis_bunbury.
No olviden visitar mi metro: http://www.metroflog.com/luisbunbury
Buen fin de semana, si toman no manejen.
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